El marketing político é el proceso mediante el cual las técnicas, los usos y las herramientas típicas del marketing encuentran su aplicación en las escenas y campañas políticas.
En este caso, el marketing político lleva a un nivel más alto lo que siempre ha sido un concepto clave de la política: la comunicación.
Como en muchas otras ramas del marketing, hay un objetivo a alcanzar y un público objetivo. Ambos muy claros.
La línea de meta del marketing político é el éxito del individuo político o de un partido político entero.
Por tanto, será vital que la estrategia de marketing persiga los votos en lugar de elementos como la lealtad o conciencia de marca (al menos no en su acepción más clásica del marketing).
En una óptica similar, las personas son de todos modos unos prospectos, los votos son los leads y el candidato el producto a hacer surgir respecto a los competidores.
Cómo realizar una campaña de marketing político
Como para muchos otros productos en igual número de situaciones, el marketing de tipo político también prevé una serie de elecciones que realizar y una serie de elementos que tener muy en cuenta:
- Internet: Si alguna vez el símbolo de la política era el carismático líder del partido que incendiaba las plazas, hoy todo esto se ha trasladado a la web. Más rápido y más visible, la web permite al personaje político alcanzar un número de personas muy por encima de las posibilidades que tendría en lugares físicos. Por esta razón representa un elemento imprescindible de toda campaña política bien estructurada.
- El momento de la compra: una campaña política puede anteceder incluso varios meses el momento de las urnas. La votación es la conclusión de la campaña política, y es donde se mide la real eficacia de la campaña misma. Podríamos casi considerarla como una especie de Zmot muy extendida. Dado que las urnas electorales representan el último acto de la campaña política, es necesario que todos los prospectos sean convertidos en leads (electores) antes de ese momento.
- Los valores: Como para cada producto, más o menos inconscientemente, las personas eligen el producto (o el candidato en este caso, aún más) que más se acerca a sus valores e ideales. Por tanto, un político que quiera hacer mella y ganarse el voto de cuantos más electores posibles, deberá interceptar estos valores.
- Claridad: Cuando se habla de claridad no solo se entiende la comprensibilidad del mensaje que quiere ser transmitido, sino también su legibilidad, es decir, su forma. Un discurso expuesto a través de frases simples, comprensibles y libre de ambigüedad, será mucho más efectivo y fácil de entender. Por el contrario, un discurso con el mismo mensaje de fondo, que sin embargo se expresa con un lenguaje más rebuscado y grandilocuente, podría incluso dar a quien lo escucha la idea de estar inadecuado para comprender ese mensaje, además de desviar completamente del objetivo de atraer a ese oyente.
Es importante en este punto hacer una consideración necesaria, antes de llegar a la conclusión.
El mundo web ha representado una revolución también en la forma de hacer política, por supuesto.
El ámbito de la política es uno de los sectores en los que, como y más que en otros sectores, el web representa un arma de doble filo.
È siempre bueno sopesar con cuidado lo que se dice o se escribe, ya sea en formato de una publicación textual o un video en una red social.
Si è cierto que el número de personas alcanzadas è altísimo, è cierto también que la tasa de compartibilidad à es igualmente alta.
Decir o escribir algo confuso, o para decirlo en palabras más simples cometer un desliz, representaría un verdadero desastre para toda la campaña política.
Esto porque, precisamente debido a esta altísima visibilidad, el candidato quedaría profundamente marcado.
Sin contar además cómo normalmente los competidores suelen aprovechar los errores de sus adversarios políticos tanto para desacreditarlos como para autopromoverse a sí mismos.
En conclusión è importante saber qué è una campaña política y cómo pensarla y llevarla a cabo.
Aun en el caso de que el candidato fuera un personaje muy carismático y con un seguimiento electoral importante ya desde el inicio, este no puede y no debe cometer el error de improvisar.
La mejor opción en estos casos è la de confiar en expertos del sector, que sepan optimizar al máximo la comunicación del candidato y llevarlo al logro de su objetivo político.
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