Fue el publicista estadounidense Jay Conrad Levinson quien inventó esta definición en 1984 y especificó sus características en 1998 en su libro "Guerrilla Marketing: secrets for making big profits from your small business".
Con este término se entiende una forma de promoción publicitaria (siempre estamos en la cuarta palanca decisional del marketing mix) y, como el buzz marketing, podemos etiquetarla como técnica no convencional de bajo costo.
Según Levinson, de hecho, el guerrilla marketing es “una nueva forma de hacer publicidad que permite el logro de objetivos convencionales a través de comunicaciones no convencionales, invirtiendo altas dosis de creatividad en lugar de elevadas sumas de dinero.”
En la base de esta técnica encontramos un uso extremadamente creativo y agresivo del contenido para impresionar (positivamente o negativamente) a quien lo mira.
En el guerrilla marketing es importante sorprender al espectador de manera innovadora y no convencional. Utilizar lugares públicos (siempre respetando las reglas y las leyes), aprovechar calles, puertos, espacios comunes, en resumen, basta con tener una idea genial y ponerla en escena!
La singularidad del guerrilla marketing es descolocar al usuario inconsciente cuando no está preparado para recibir el mensaje publicitario.
En el momento en que su advertising consciousness no está activa, en práctica cuando la "víctima" tiene las defensas bajas.
Calles, metro, paredes, escenificar situaciones grotescas y absurdas con actores de verdad: estos son los escenarios y los intérpretes del guerrilla marketing. Basta con impactar a un target muy reducido para crear un efecto buzz y/o boca a boca que haga viral el espectáculo.
No es casualidad que tome su nombre de una técnica de guerra que é rápida e incisiva.
Ejemplos épicos de guerrilla marketing
Un famoso ejemplo de guerrilla marketing puro, é aquel escenificado por TNT Drama, un canal belga.
La idea é genial: los transeúntes, ajenos a todo, se sienten intrigados por poder presionar un botón en medio de la calle. Quien lo hace, comienza a ver escenas de un drama dignas de un premio Oscar.
En pocos segundos, las escenas se superponen con un anciano que cae de una ambulancia recién llegada, una mujer semi desnuda en una moto acelera frente al espectador incrédulo, el asistente de la ambulancia empieza a pelear con otros transeúntes. En resumen, el espectador é sumergido en un episodio del canal sin saberlo.
La idea funciona, nada que decir el asombro de los transeúntes é la tarjeta de presentación para la victoria de la marca!
Aquí está el divertido video:
También hay variantes del clásico guerrilla marketing. Hablamos del lip dub y del ambush marketing.
El lip dub es una especie de flash mob que se concentra en la sincronización de los labios de los figurantes con la música que caracteriza las escenas de las coreografías.
Este es el divertido video de la Universidad de Quebec al ritmo de "I gotta feeling" de The Black Eyed Peas!
Finalmente el ambush marketing: literalmente emboscada de marketing.
Es una técnica muy utilizada en grandes eventos donde la empresa que lo realiza no é patrocinador de la manifestación pero, de manera ecléctica y también un poco arriesgada, hace hablar de sé.
Interesante el ambush marketing de K-Swiss durante el torneo de tenis Roland Garros que instaló fuera de las canchas un coche destrozado con encima una pelota de tenis gigante marcada K-Swiss.
Otro ejemplo importante de ambush marketing è reciente. Hablamos de la famosísima invasión de campo de Kinsey Wolanski, novia del propietario de Vitaly Uncensored (nueva plataforma de contenidos para adultos) durante la última edición de la final de la Champions League.
Nada que decir, la jugada ha funcionado: gracias a la camiseta que lució la bella influencer (antes de ser placada) con la marca del canal, de apenas 300.000 seguidores, en pocos días è llegó a más de 2 millones con consiguientes aumentos exponenciales de accesos al portal.
Según los expertos, una jugada de marketing convencional durante la final de la Champions League habría costado nada menos que 4 millones de dólares.
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